5 ciudades que más cuidan el medio ambiente
No hace falta un día concreto para rendir homenaje al maravilloso fenómeno que llamamos Tierra. Deberíamos honrarlo y apreciar la naturaleza que nos rodea todos los días de año. Desde las gigantescas secuoyas que, con la sabiduría de mil años, respiran oxígeno en nuestro mundo, hasta el minúsculo suelo rico en minerales que da vida a miles de millones de organismos.
Extendámonos desde esta microperspectiva y echemos un vistazo a cinco ciudades que asumen la responsabilidad de su impacto sobre el medioambiente y toman medidas para reducir los desechos y la contaminación. Además, podrás disfrutarlas desde dentro si decides estudiar en el extranjero.
Sin duda una de las ciudades que más cuidan el medio ambiente. Sede de algunas de las compañías más innovadoras del planeta, como Facebook y Google, San Francisco es una tierra de valores progresistas e innovación tecnológica. Desde 2012, cuando se anunció que el 80 % de los residuos de la ciudad se enviarían a instalaciones de reciclaje en lugar de a vertederos, se ha convertido en la ciudad de Estados Unidos pionera en la eliminación sostenible de residuos.
Y eso no es todo. En el área de la Bahía, cientos de edificios cuentan con la certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), lo que significa que tienen muy presente la manera en la que se gestiona la producción de energía. Ah, y no hay que olvidarse de gastronomía; la cocina vegana está muy extendida en la ciudad del amor, todo es agricultura local y productos procedentes de fuentes sostenibles.
La ciudad-estado soberana —un pequeño núcleo insular de arquitectura ultramoderna e innovación económica— se siente muy alejada de las cercanas Malasia e Indonesia. Los Jardines de la Bahía, su zona verde más emblemática, alberga un bosque de “superárboles” que recogen energía solar para alimentar un vibrante espectáculo de luces todas las noches. Los “árboles” son estructuras verticales donde crecen miles de plantas.
Estos jardines sentaron un precedente para la “arquitectura ecológica”, que ya se ha extendido a lo largo de toda la ciudad, con una planificación urbana que cada vez integra más paneles solares, sistemas de conservación del agua, espacios de trabajo compartidos y jardines en las azoteas.
Rodeada de naturaleza en el corazón de Columbia Británica esta smart-city , con una refulgente extensión del océano Pacífico a un lado y los picos nevados de las Rocosas al otro, no es de extrañar que Vancouver sea una ciudad ecológica. Y hace buen uso de su magnífico entorno natural, con mercados agrícolas de productos locales por todas partes y la fantástica aplicación TapMap, que se puede descargar para localizar la fuente pública de agua potable más cercana. Además, gran parte de la ciudad es muy cómoda para los peatones, y tiene una amplia red de carriles para bicicletas que se extiende desde la West 10th Avenue.
Quieren convertirse en la ciudad más ecológica para el 2020, así que tienen planeado reducir las emisiones de carbono en un 33 % y plantar 150 000 árboles. ¡Aplaudimos tu ambición, Vancouver!
Cuando se piensa en el concepto “conciencia ambiental”, lo más probable es que la última ciudad que venga a la mente sea Nueva York. Sin embargo, para una ciudad que tiene una población de dos millones de residentes en los 60 kilómetros cuadrados de Manhattan, la sostenibilidad es una prioridad.
La Gran Manzana tiene la proporción más baja de propietarios de automóviles de todos los Estados Unidos. Más de 1,5 millones de residentes utilizan el metro para desplazarse, lo que contribuye a un nivel muy bajo de emisiones por habitante. Además, la gran cantidad de bloques de pisos (en los que las personas consumen menos espacio y comparten recursos) facilita la eficiencia energética general de la ciudad.
La ciudad de Seúl, líder mundial en innovación tecnológica, es una de las primeras “ciudades inteligentes” del planeta, donde la tecnología se pone al servicio de los ciudadanos y la planificación urbanística.
Por ejemplo, recopilan y comparten públicamente datos electrónicos sobre la ciudad (de ciudadanos, dispositivos y máquinas) a través de Internet. Algunos de estos datos se utilizan para dar actualizaciones y estadísticas en tiempo real sobre el sistema integrado de transporte público, de modo que la gente sepa cuánto se utilizan los trenes y cuándo es mejor hacerlo. De esa manera, los operadores de trenes pueden gestionar mejor los recursos, y se faculta a los residentes para que tengan más conciencia ecológica.